Los portales son piezas colgantes diseñadas para ubicarse en aberturas, como marcos de puertas o pasillos. A diferencia de las cortinas completas, estos elementos decoran principalmente la parte superior del vano, aunque en algunos casos pueden extenderse hacia los laterales para reforzar visualmente el contorno.
Su función principal es marcar y enmarcar el paso entre ambientes, aportando definición sin bloquear el tránsito ni la luz. Son una forma sutil de organizar visualmente el espacio, especialmente útil en viviendas de planta abierta o con ambientes integrados.
Desde el enfoque del Feng Shui, los portales cumplen un rol energético: favorecen una circulación fluida de la energía, actuando como filtros suaves entre sectores de la casa. También pueden utilizarse para proteger entradas, marcar transiciones simbólicas o reforzar la intención con la que se habita un determinado umbral.